¡¡Es un milagro!!

Es un milagro Familia feliz

Nunca podremos asistir con indiferencia al milagro de la vida. 

Por más que hayamos estudiado o leído, por más documentales que nos hayamos empeñado en ver para comprender y aprender, lo cierto es que cuando asistimos a un nacimiento una inexplicable sensación de de sorpresa e incredulidad se apodera de nosotros. Se trata casi de una experiencia mística. Y digo casi para no ser tachada de exagerada o excesivamente sentimental.

Tras un parto de más de 10 horas, mi  amiga  SODA (decir sólo perrita me parece muy poco) logró darle la vida a dos preciosos cachorritos: Ginger y Ron…Y le dolió y sufrió, y nos buscaba con su mirada para sentirse menos sola y asustada, para encontrar apoyo y ayuda y asegurarse de que sus bebés saldrían adelante.  Y pese a la tristeza de haber perdido al segundo de ellos siguió adelante hasta que su agotado cuerpecillo logró parir al último de sus vástagos.  Tampoco se rindió cuando vio que éste no parecía tener muchas opciones. Por el contrario, nos dejó ayudarla a limpiarle un poco y no habían transurrido ni dos minutos cuando se había soprepuesto del brutal esfuerzo y comenzó a lamerle con convicción, a darle su calor, insuflándole la vida en cada uno sus lengüetazos.  Mientras  mi chico y yo les observábamos impotentes y abrigábamos a Ginger que gritaba llamando a su mamá,  cruzábamos los dedos y le pedíamos al destino que fuese benevolente y nos dejase disfrutar de un final feliz.

Así fue. Tras unos veinte minutos, que me parecieron mil, oímos el primer gritillo de Ron que decía: Bien, ya estoy aquí, ¿a qué hora se cena en esta casa?

No hay palabras que puedan describir las miradas cómplices que Soda nos dedicó, ni la amplia sonrisa de Patxi  que me besaba y abrazaba diciendo ¿lo ves? ¿estás contenta? Sólo os puedo decir que mi corazón de pronto  se hizo más grande y que sigue ocupando más sitio en mi pecho ahora, más de veinticuatro horas después.

Me acerco a su cajita y allí me quedo horas, observándoles. Veo a Soda abrazando a sus hijos con tanto amor que se pueden ver los corazones y las estrellas en el aire, como si fuesen  una familia de dibujos animados. Y entonces me veo a mí misma hace tres años,  en la habitación de la Clínica en la que mi hermana dió a luz, sentada junto al cuco y sin apartar los ojos de María, una preciosa niña a la que aún hoy no puedo dejar de mirar… Y una vez más me reitero  en la certeza de que la Vida es un Milagro. Sí señor, un puto milagro.

~ por magdalenacruz en diciembre 11, 2007.

3 respuestas to “¡¡Es un milagro!!”

  1. una sensible fotografía de uno de los dos momentos más relevantes ens esta vida

  2. Pero que cositas tan bonitas y Soda también… ¡pero que madraza!!!…Venga y tu chico también es «una cosita bonita»(Ahora NO os beseis que os conozco). Y ya que estamos tu compañera a la par que amiga… si esa que tienes delante todos los dias que no sabe qué haría sin ti… esa és casi superdotada. Tú amiga… tú si que eres bonita, por fuera y sobretodo por dentro… Y TE QUIERO UN MONTON!!!!!

  3. Si tus amigos y amigas incluyendo a SODA, se sienten afortunados de serlo,imagínate como estoy yo, si tengo el privilegio de ser tu madre.
    Ese gran corazón que sientes que ocupa más sitio en tu pecho,esa preciosa mirada que trasmite bondad e infinita ternura ,hace que los que tienen la suete de conocerte coincidan que» eres una maravillosa persona»
    El que lea «Es un Milagro» creo que no dudará de mis palabras ni pensará que es amor de madre, aunque considero que no soy muy objetiva .Aseguro que mi hija es un dulce, que escribe y que
    sabrá llegar al corazón de sus lectores si por fin se decide a lo que llevo tantos años esperando. » Ella es así » suerte mi vida te lo mereces

Deja un comentario